ESPEJOS DE MADERA

 

Navegué a la deriva, buscando epitafios absurdos.

Quise aferrarme a la congruencia para renovar la cordura

descubrí sólo muros de inallanables puertas,

deslumbrantes destellos, falsos reflejos de espejos de madera.

Eran sombras amadas amantes de las sombras,

indefinidas, ausentes, lejanas, inasibles.

Te invoqué a gritos y el hechizo te tradujo

a una corpórea fuente de luz inagotable.

Me ungiste con tu esencia y transformaste

los temores en alas nuevas para viajar contigo.

Abrí de nuevo entonces el asombro

a tus manos que me reposan

a las nuevas palabras que llegan a tu piel adheridas

Tú, que buscas debajo de mis letras apuradas tu propia voz,

rescatas para mí el futuro incierto y lo conviertes

en anhelada habitación perpetua de los sueños.

Hasta que mis manos te toquen me resigno

a seguir a distancia el rumbo de tu anhelo

mi voz enamorada de tu oído, mis ojos de tus palabras.


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