Hurgaré ansiosa en tus sentidos
y me saciaré en tus veneros de emociones
Liberaré en ti esta perpetua llama
disuelta antes en noches
de dedos ateridos...
Déjame asirme a tu cintura
y elévame ahí, lejos,
donde ya no haya estrellas
donde ya nada quede
sólo tus manos mías
mi boca tuya
y el anhelo
Enero 1997
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